¿CUANTAS GALLINAS TRUMP NECESITA
PARA REEMPLAZAR OBAMACARE? - Parte 5
Disfruto cada minuto de buscar soluciones reales de ingeniería a los problemas que enfrentan los 'civiles', pero esta oportunidad llego gracias a un accidente. Mientras esperaba que vuelva mi amigo, saqué algo de mi maleta que estaba montada en su moto, y la moto se perdió el equilibrio. Tenía mi mochila en un hombro y estiré mi mano izquierda libre debajo de la moto y logré pararla de nuevo. En la mañana siguiente, sentí un dolor fuerte en mi hombro. La familia donde vivía preparó una pomada casera y pidió a un vecino joven que aplique un masaje. Dos días de este tratamiento no resolvió nada. Un arregla-huesos de 70+ años del pueblo vecino determinó que no era un musculo estirado el problema, sino una dislocación del hombro. Pidió solamente agua caliente y la manteca de karité (Vitellaria paradoxa) -una panacea local. Su casa estaba quemando dentro y me hizo sentar en una Wawa (Triplochiton scleroxylon) raíz gruesa. Inmovilizó mi brazo izquierdo atrapándolo entre sus piernas, engancho sus dedos debajo de mi axila y con la otra mano presionó a mi paletilla. La operación no duró más de 15 minutos. ¿El costo? "Tu voluntad...", que significa, en estas circunstancias, unas dos gallinas.
¿Mi seguro de salud lo cubrió? Por cierto. Yo me aseguro entre la voluntad y el conocimiento de la gente rural, nunca entre los corbateados burócratas. Cuando me acerqué a una máquina de rayos X, 10 horas en bus y algunos días después, el médico del Hospital Universitario de Kumasi expresó su completa satisfacción a mi operación. Ahora, ¿cuántas gallinas necesitaría Trump para reemplazar Obamacare?
¿Se acuerda que les dije que, en la frontera Guinea-Cote d'Ivoire, yo me reí al médico quien me exigió que tenga una vacuna contra meningitis? Yo lo puse en el mismo saco de los otros corruptos de la frontera, pero él pobre estaba siguiendo sus órdenes. Cuando volví a Cote d'Ivoire de Ghana, me pincharon a la fuerza y robándome unos $4 también. Ya había leído de esta vacuna, útil solo en casos específicos, y protesté, pero los médicos se rieron de mi francés infantil. No solo a mí, les roban a los pobres nativos también. Parece que su Ministerio de Salud (que vende los mosquiteros donados en mercado negro por $8) está en cama con algún ladrón y armó este fiasco de inyectar a los viajeros sin darles ninguna opción. El médico me dice, con la cara de cojudo, ¡que esta me protege del polvo! En Abiyán se propaga fácilmente Cholera, Dengue, Malaria..., hasta TB; ¿protegerme de polvo? ¡Por favor! Parece que la industria mundial de salud, no solamente Obamacare o Trumptrash, está plagada de mafiosos.
árbol de Wawa |
El día de amor y amistad sin un 'date', no es, ¿verdad? Saboreé una, me trajo memorias muy agradables y decidí saborear varias. No, no me juzgues tan rápido..., estamos hablando de 'date palms' dulcecitas. Un muchacho musulmán me sorprendió con algunas en Makeni, Sierra Leona, pero me las perdí, hasta encontrarles de nuevo en Tamale. No las hubiera reconocido en esta presentación seca, si no fuera por mi amigo Nigeriano de Rotary, quien me acompañaba por unos días. Rápidamente las agregué a mi bolsa de comida viajera y logré pescarlas en Bolga también.
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Descascarando el arroz rojo |
Viajé todo el día picando esta u otra para llegar a Akosombo, y busqué algo caliente para la noche. "¿Quieres Indomie?" Ni los guías mencionaban esto. En cada esquina, se cocinan al paso un paquete de 'instant noodles' chino, con cualquier condimento a la mano y te sirve listo a llevar. No es tu comida étnica, pero ¿dónde encuentras un plato, hecho a pedido, ese rato, todo por un dólar? Lo que no sé es ¿quién puso ese nombre, los indios o los mismos chinos?
Lago Volta |
Fui por la dirección opuesta a la que recibí del hospedaje y encontré un chaquiñán de los campesinos, pero pronto me perdí en este bosque sudadero, entre los grandes hormigueros y enormes ciempiés. Casi gateando, subí a una loma, me orienté con el lago lejano y bajé a un complejo residencial enorme de la policía. Volver subiendo sobre esas rocas 'chert' deslizantes no era una opción. Logré endulzar a los policías, que cuidaban la puerta de un club exclusivo en otra loma, a que me dejen entrar y seguí el drenaje de su piscina. Sabía que el agua tenía que correr detrás de mí hospedaje y volví en cinco minutos. Recién me daba cuenta de que no había ni prendido mi GPS. ¿Si tu nariz hace el trabajo, para qué gastar las baterías?
Kashyapa A.S. Yapa
Marzo de 2017, Cote d'Ivoire, Africa Occidental.
kyapa@yahoo.com
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